martes, 7 de junio de 2016

Los Tweens con más poder que nunca

Por: Andrea Mondragón

Marketing, publicidad, anuncios o spots son palabras que ya forman parte del lenguaje y vida cotidiana de cualquier persona, sin la necesidad de ser un especialista en el tema. Éstas, están presentes en cualquier momento a través de las distintas marcas que utilizamos, desde que despertamos, nos arreglamos, ingerimos algún alimento, el trayecto al trabajo o escuela y hasta que nos acostamos, divertimos o nos comunicamos; se han convertido en nuestros más fieles compañeros, pero ¿cómo afecta esto en nuestra vida?

Actualmente, los adultos nos quejamos del por qué los infantes se pasan horas frente a un televisor o pegado al smartphone o videojuegos, cuando nosotros, a esa edad, solíamos jugar en las calles, con muñecas o con primas o vecinas que nos visitaban; sin embargo, la respuesta puede encontrarse en nuestro entorno sociocultural, es decir, a todos los aspectos que han llevado al niño a comportarse de esa manera. 


La conducta del niño como consumidor  puede deberse a aspectos internos como la integración, aceptación o la identificación con un grupo social al que quiere pertenecer, al poco tiempo y dedicación que le tiene su familia o también a aspectos externos como son los medios de comunicación al que está expuesto e incluso a la misma publicidad que se ha esforzado, de unos años para acá, en llamar la atención de los infantes de una forma diferente y poco convencional.

Esto ha provocado que el niño pase de ser un consumidor pasivo, es decir, aquel que sólo interactua con los productos dados por su familia, para pasar a ser un consumidor activo o independiente, con la capacidad para decidir qué es lo que quiere tener, en qué momento y de qué forma, influyendo totalmente en las decisiones de compra de sus padres.

Aunque es un tema que se ha tratado desde la década de los 70’s y 80’s, actualmente, debido al gran y rápido desarrollo tecnológico y a los cambios en la estructura familiar mexicana, se ha potenciado notablemente, tanto que la publicidad ya considera a este tipo de niños como un microsegmento más, viéndolo como un consumidor potencial y con la capacidad suficiente para comprar o no un producto. 

Para conocer más sobre el tema, en el siguiente link se muestra información más detallada:

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